"más rápido que una bala"
"Y Dios, ¿no hará justicia a Sus elegidos, que claman a Él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia" (Lucas 18:7-8).
El tiempo de Dios es diferente al nuestro. "Pero ustedes, queridos hermanos, no deben ignorar que, delante del Señor, un día es como mil años y mil años como un día" (2 Pe 3:8). Esto significa que Dios es muy lento y muy rápido según nuestros estándares. A menudo enfatizamos la supuesta lentitud de Dios. Sin embargo, también deberíamos enfocarnos en su velocidad. Dios a veces trabaja "en un instante, en un abrir y cerrar de ojos" (1 Co 15:52). Dios promete darnos "justicia rápida" (Lc 18:8).
Sin embargo, el Señor no forzará Su justicia o Su rapidez sobre nosotros. Debemos orar siempre y no desanimarnos (Lc 18:1; 1 Tes 5:17). De lo contrario, podemos hacer que el Señor se demore (Lc 18:7) para detener las grandes injusticias del aborto, el racismo, las "limpiezas étnicas", el hambre y otros males catastróficos.
Para orar siempre y recibir la justicia rápida de Dios, debemos tener fe. "La fe es la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se ven" (Heb11:1). La fe es un regalo que el Señor da libremente. Debemos orar para recibir la fe (Lc 17:5), ejercitar la fe que tenemos y nutrir nuestra fe escuchando la Palabra de Dios, porque la fe viene por el oír y por oír la Palabra de Dios (Rom 10:17).
Crece en la fe; ora siempre; recibe justicia rápida en un mundo severamente injusto. "El Dios de la paz aplastará muy pronto a Satanás, dándoles la victoria sobre él" (Rom. 16:20). Ven Jesús, ¡rápidamente! (Ap 22:20).
Oración: Padre, trabajaré para acelerar la venida final de Tu Hijo (2 Pe 3:12) por mi santidad y obediencia.
Promesa: "Y Dios, ¿no hará justicia a Sus elegidos, que claman a Él día y noche?" (Lc 18:7)
Alabanza: Santa Isabel se dedicó a la oración y a los pobres. Ella abandonó el lujo y el ocio para vivir una vida de penitencia y cuidar de los enfermos.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de mayo de 2018
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