cruzando fronteras de estado
"Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio" (Lucas 11:26).
El peor y a veces, último estado de un ser humano es el ser reposeído por un demonio y poseído nuevamente por otros demonios (Lc 11:26). El primer paso del camino hacia este pésimo estado es el ser poseído por un demonio. La mayoría de la gente piensa que muy poca gente está en el primer estado y aún en el último. Empero, en la segunda carta de Pedro, el Señor se refiere al primer estado, no como un caso inusual de estar poseído por el demonio, sino simplemente como nuestro estado original, es decir, es ser una persona humana con nuestra naturaleza caída e influenciada por el demonio. Somos liberados de este primer y original estado al ser bautizados y vivir nuestros bautismos "por medio del conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo" (2 Pe 2:20). Debido a que nuestros bautismos son irreversibles, nunca podemos volver a nuestro primer estado.
Sin embargo, podemos negarnos a vivir nuestros bautismos. Es así que entramos en un tercer y peor estado de ser un cristiano tibio y caído. Cuando eliges entrar en este tercer estado, es como anular la eficacia de la cruz de Jesús para ti mismo (ver 1 Co 1:17), causar a Jesús el vomitarte de su boca (Ap 3:16), causar que tu bautismo sea contraproducente y abrir la puerta de tu vida para tu viejo y otros nuevos demonios. Por lo tanto, debes crecer y perseverar en tu amor por el Señor. Ese es el segundo y mejor estado, hazlo tú último estado.
Oración: Padre, que nunca Te ame menos.
Promesa: "Los que creen son los que participan de la bendición de Abraham, el creyente" (Gál 3:9).
Alabanza: Warren se mantuvo alejado de la Iglesia durante veinticinco años. Su hermano le dio una copia de Un Pan, Un Cuerpo. Warren se arrepintió, se reconcilió con Dios y la Iglesia, y ahora está devorando con entusiasmo la Palabra de Dios (Jer 15:16).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de mayo de 2018
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