agua y sangre
"¡Nosotros somos de tu misma sangre!" (2 Samuel 5:1).
David se hizo rey de las tribus de Israel por ser su carne y sangre. Consideraban deseable tener un pariente de gobernante, porque "la sangre es más espesa que el agua".
Sin embargo, en el nuevo pacto, las aguas del bautismo son más espesas que la sangre de familia. O sea, la sangre de Jesús es más espesa que la sangre del parentesco humano. Por eso Jesús dejó a Su madre y a Sus parientes para invertir Su vida en Sus apóstoles. Él dijo: "Porque el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre" (Mc 3:35). En otra ocasión, después de que una mujer "le dijo: '¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!' Jesús le respondió: 'Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican'" (Lc 11:27-28). Jesús también enseñó: "Cualquiera que venga a Mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser Mi discípulo" (Lc 14:26).
Jesús nos llama a hacer de nuestra relación bautismal la más alta prioridad. Por ejemplo, debemos ver a nuestras esposas no solo como esposas sino como hermanas bautizadas en el Señor. Nuestros hijos son más que nuestros hijos. Estamos unidos a ellos por medio de las aguas del Bautismo y de la sangre de Jesús. Además, vemos a los extranjeros de manera diferente, puesto que ambos pudimos haber sido "bautizados en un solo Espíritu" (1 Co 12:13). Nuestra unidad en la realeza de Jesús es más importante que nuestro parentesco. Vivir nuestros bautismos en la comunidad cristiana es la prioridad que fortalece toda nuestra relación.
Oración: Padre, que mi vocación me ayude a vivir mejor mi bautismo y viceversa.
Promesa: "David se iba engrandeciendo cada vez más, y el Señor, el Dios de los ejércitos, estaba con él" (2 Sm 5:10).
Alabanza: Después de leer un artículo en una publicación católica, todas las dudas que Rich tenía sobre la existencia de Dios desaparecieron. Su fe se hizo tan fuerte que finalmente fue ordenado sacerdote y ha servido fielmente por más de cincuenta años.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 25 de julio de 2017.
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