A menudo la gente piensa o dice: "¡El proceder del Señor no es correcto!" (Ez 18:25). Los trabajadores en la viña quienes trabajaron todo el día decían en esencia, lo mismo. Aparentemente, Dios trata a los débiles, pecadores, marginados y olvidados mejor que a los que Le sirven fielmente. Mientras el Señor persigue amorosamente a los perdidos, los últimos, va tan lejos que deja aparentemente abandonados "en el campo" a los que son fieles (Lc 15:4).

Como dice en la primera lectura de hoy, la forma en que Dios actúa no es la misma forma en que nosotros actuamos (Is 55:9). ¡Toda alabanza y gloria a Dios ya que Su camino no es el camino del hombre! Alabanza al Señor porque "Sus caminos no son justos" a los ojos de la humanidad. La historia humana está contaminada con el pecado, codicia, injusticia y miseria, que son las consecuencias de los caminos humanos. Por el contrario, los caminos del Señor no se limitan a ser "justos". Su camino es misericordioso, compasivo, lento para el enojo y bondadoso (Ex 34:6; Sal 103:8).

Dios es perfectamente justo. Pero, como enseñó el Papa Emérito Benedicto, un amor tan grande que pone a Dios contra sí mismo, Su amor contra Su justicia (Dios es Amor, 10). Su generosidad supera la justicia (ver Mt 20:15). Ahora tenemos una elección. Podemos regocijarnos en la misericordia ilimitada y la generosidad de Dios. O, podemos quejarnos de que el Señor no es "justo". Busquemos al Señor y Su rebosante misericordia "mientras se deja encontrar" (Is 55:6). Aprendamos a ser rebosantes de amor y misericordia como Él. Trabajemos felizmente para Él y regocijemos cuando Él extiende Su misericordia a los demás.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 15 de mayo de 2017.

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.