la iglesia libera
"Entonces las cadenas se le cayeron de las manos" (Hechos 12:7).
Jesús es el único que nos hace libres (Jn 8:36). Él nos libera por Su verdad (Jn 8:32). Porque la Iglesia es columna y fundamento de la verdad (1 Tm 3:15) y se le ha dado las llaves del Reino de Dios (Mt 16:19), es utilizada por Jesús para liberarnos. Por ejemplo, Pedro, el líder de la Iglesia primitiva, estuvo condenado a muerte y a punto de ser decapitado, tal como Santiago (Hch 12:1ss). "La Iglesia no cesaba de orar a Dios por él" (Hch 12:5). Y Jesús libró a Pedro, por las oraciones de la Iglesia.
Pedro estaba custodiado por cuatro grupos de cuatro soldados (Hch 12:4), "atado con dos cadenas" (Hch 12:6), detrás de una "puerta de hierro" (Hch 12:10). Pedro necesitaba superar diecinueve obstáculos para su libertad — dieciséis guardias, dos cadenas y un portal de hierro. Como Pedro, necesitamos una serie de múltiples milagros para ser libres. Sin embargo, la Iglesia está orando por eso. Por oraciones de la Iglesia, se envían ángeles para despertarnos (Hch 12:7), arroparnos con la armadura de Dios (Hch 12:8, ver también Ef 6:14ss) y acompañarnos cuando seguimos a Jesús como Sus discípulos (ver Hch 12:8).
Responde a la oración de la Iglesia. Por la intercesión de los Santos Pedro y Pablo, sé libre y conduce el mundo a la nueva libertad.
Oración: Padre, libera a los cautivos.
Promesa: "El Señor me librará de todo mal y me preservará hasta que entre en su Reino celestial" (2 Tim 4:18).
Alabanza: "He peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe" (2 Tim 4:7). .
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de marzo de 2017.
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.