caminando por territorio desconocido
"El Señor es mi pastor, nada me puede faltar" (Salmos 23:1).
Pocos de nosotros hemos pastoreado, esquilado, o sacrificado una oveja. Así que no tenemos la experiencia para entender la imagen del Buen Pastor. Sin embargo, muchas personas se sienten fascinadas con esta imagen. Tal vez sepan instintivamente la necesidad profunda y convincente de la persona de ser pastoreada.
Una de las principales tareas de un pastor es guiar a las ovejas. Si estamos en el camino a la vida eterna, estamos en un camino áspero y estrecho (Mt 7:14). Estamos viajando a través de territorio desconocido ocupado por una "generación perversa" (Hch 2:40), una verdadera "cultura de muerte". Mientras caminamos a través de "oscuras quebradas" (Sal 23:4), sufrimos injustamente insultos y persecuciones (ver 1 Pe 2:21, 23). Estamos en peligro de ser robados, sacrificados y destruidos (Jn 10:10).
Es como si estuviéramos caminando a través de un campo minado. Nuestro próximo paso puede detonar una explosión en nuestras familias, matrimonios, trabajo, salud, etc. No podemos ver las minas debajo de la superficie. Necesitamos orientación desesperadamente. Necesitamos un pastor; y que sea bueno. Jesús dice: "Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da Su vida por las ovejas" (Jn 10:11).
Oración: Jesús, mi Buen Pastor, que pueda oir Tu voz y seguirte a Ti (Jn 10:3).
Promesa: "Gracias a sus llagas, ustedes fueron curados" (1 Pe 2:24).
Alabanza: Gloria a Ti, Buen Pastor. Confiamos, adoramos, glorificamos, y te veneramos, nuestro Salvador y Dios.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de deciembre de 2016.
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