"¿la mayor traición?"
"¡Vengan, tramemos un plan contra Jeremías, porque no le faltará la instrucción al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta!" (Jeremías 18:18).
Aquellos que persiguieron a Jeremías eran muy "religiosos". Ellos estaban preocupados por las enseñanzas de los sacerdotes, el consejo al sabio, y los mensajes de los profetas. Santiago y Juan eran también muy "religiosos". Motivados por su madre, ellos no buscaban grandes salarios o muchas posesiones. Solo querían trabajar para la Iglesia siendo los hombres a la derecha y a la izquierda de Jesús (Mt 20:21).
T. S. Eliot escribió en Asesinato en la Catedral: "La traición más grande es hacer lo correcto por la razón equivocada". Probablemente los cristianos hacen cosas más correctas que cualquier otro grupo en el mundo. Sin embargo, nos vemos tentados constantemente en hacer las cosas bien por motivos diferentes. Amamos a Dios, pero no con todo nuestro corazón (ver Mt 22:37). Nos encanta la Iglesia, los pobres y los enfermos, pero nuestro egoísmo todavía nos influencia. A menudo controlamos los malos deseos de la carne, pero nos quedamos cortos en crucificar nuestra "carne con sus pasiones y deseos" (Gal 5:24). Aspiramos a la humildad, pero somos orgullosos de tal aspiración.
El próximo domingo en todo el mundo, oramos por el "Primer Escrutinio" para los catecúmenos. Pidamos al Padre que examine y purifique nuestros corazones.
Oración: Padre, hazme puro de corazón (Mt 5:8).
Promesa: "El que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo" (Mt 20:26-27).
Alabanza: David renunció a tratar de "nadar entre dos aguas" y decidió dar prioridad a Dios.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 30 de noviembre de 2016.
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