otra temporada de ofrendas
"Da al Altísimo según lo que Él te dio, y con generosidad, conforme a tus recursos" (Eclesiástico 35:9).
Dios el Padre nos ama tanto que nos dio a su Hijo (Jn 3:16). Jesús dijo: "La felicidad está más en dar que en recibir" (Hch 20:35). El Espíritu Santo es a la vez la Ofrenda del Padre y del Hijo, y el donante de regalos (ver 1 Co 12:4ss). La esencia de la Trinidad de Dios radica en su generosidad y sus regalos. Por lo tanto, los bautizados en Dios son renacidos para dar. Nosotros no debemos ser "mezquinos con las primicias de nuestras manos" (Eclo 35:7). Como discípulos de Jesús, debemos renunciar a todo a fin de dar todo al Señor (Mc 10:29).
Mañana empezamos la Cuaresma. En este tiempo santo, tenemos el privilegio de dar al Señor los dones de nuestras limosnas, oraciones y ayunos (ver Mt 6:2ss). La Navidad es un tiempo de entrega de regalos, y la Cuaresma, seguida de la Pascua, son tiempos de mayor entrega de regalos. Al igual que los regalos de los reyes magos al Cristo recién nacido (ver Mt 2:11), nuestros regalos en la Cuaresma son un símbolo de la entrega total de nosotros mismos al Señor. Nuestros regalos de Navidad nos deberían centrar en el regalo del Niño-Cristo. Nuestros regalos de Cuaresma deben estar a la sombra de la cruz y en el umbral de la gloria de la resurrección. Si bien siempre es apropiado dar regalos, un regalo de boda debe ser diferente de un regalo de cumpleaños. Demos al Señor los dones únicos de la Cuaresma para expresar una vez más, y más profundamente que nunca, el regalo de su total amor y vida.
Oración: Padre, enséñame por medio de Tu Hijo crucificado cómo dar limosnas y dar todo para siempre.
Promesa: "Porque el Señor sabe retribuir y te dará siete veces más" (Eclo 35:10).
Alabanza: Entregando su adicción de fumar a Jesús intensamente, Connie no solo fue liberada del deseo de fumar, sino también de todos los efectos dañinos que el hábito le había producido en los últimos años.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 30 de noviembre de 2016.
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