completamente conocido y perfectamente amado
"Él colmó a los hombres de saber y entendimiento, y les mostró el bien y el mal" (Eclesiástico 17:7).
Dios conoce todos nuestros caminos; "no pueden ocultarse a Sus ojos (Eclo 17:15). Todas nuestras "acciones son claras como el sol para Él, Sus ojos están siempre" en nuestros caminos (Eclo 17:15). Dios sabe cuando estamos sentados o cuando estamos de pie (Sal 139:1-2). Él escudriña nuestra jornada y nuestro descanso (Sal 139:3). "Incluso antes que nuestra palabra esté" en nuestra lengua, Él conoce "todo esto" (Sal 139:4). En el libro de Dios, todas nuestras acciones ya están escritas (Sal 139:16). Él está familiarizado con nuestro caminar (Sal 139:3).
Ya que Dios nos conoce bien, nosotros deberíamos de:
- agradecerle por amarnos infinitamente inclusive en nuestra pecaminosidad,
- vivir para agradarle,
- pedirle que nos ayude a entendernos a nosotros mismos,
- pedirle que nos cambie y nos haga santos como Él es santo,
- nunca hacer algo sin buscar Su voluntad,
- creer que nuestras vidas son planeadas, significativas e importantes,
- estar gozosos, y
- estar atentos a Él.
Amemos alegremente al Dios que todo lo sabe.
Oración: Padre, Tú conoces lo peor de mi. Gracias porque nunca me has dejado de amar.
Promesa: "Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos" (Mc 10:16).
Alabanza: Antonio entregó la adicción a la pornografía al Señor de Quien no podía ocultarlo. Jesús le dio la gracia de ser puro como Él (1 Jn 3:3).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 30 de noviembre de 2016.
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