Dios quiere que Su casa esté llena para Su banquete celestial (Lc 14:23). Su estrategia para llenar Su casa es enviar a Sus siervos por todo Su reino, especialmente a los caminos (Mt 22:9), callejones (Lc 14:21) y otros lugares improbables. Así, el banquete de Dios solo será llenado si Sus siervos "encuentran" (Mt 22:9) personas que son difíciles de alcanzar.

Jesús entiende este dilema. Es por eso que Él llama específicamente a Sus siervos "pescadores de hombres" (Mt 4:19). Cualquier pescador que quiera traer a casa una buena pesca sabe que probablemente no "se encontrará" fácilmente con un gran número de peces; más bien, debe aprender a "vivir tanto en las privaciones como en la abundancia" (Fil 4:12). Sabe que debe estudiar los hábitos de los peces y pasar mucho tiempo, esfuerzo y frustración aprendiendo sus lugares y horarios favoritos de alimentación. Un viaje de pesca a mediodía puede ser conveniente para el pescador, pero es probable que traiga a casa un bote vacío. Su mejor captura podría venir antes del amanecer, en el clima helado, en aguas peligrosas, o después de muchos intentos fallidos. La pregunta principal es: ¿El pescador se tomará la molestia de "encontrar" a los peces?

Los políticos, los vendedores en línea, y los investigadores entienden este concepto claramente. Su atrevimiento osado en alcanzar lo inalcanzable conduce al éxito en sus aventuras. Seguidores de Jesús, "Levanten los ojos y miren los campos: ya están madurando para la siega" (Jn 4:35). Hay una casa lista para ser ocupada. Tráelos (Lc 14:21).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de mayo de 2017.

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