segundo aire
"Por lo tanto, ya que estamos rodeados de una verdadera nube de testigos, despojémonos de todo lo que nos estorba, en especial del pecado, que siempre nos asedia, y corramos resueltamente al combate que se nos presenta" (Hebreos 12:1).
Tú has estado corriendo la carrera cristiana por millas, incluso por años. A veces eras la liebre y otras la tortuga, pero no obstante has terminado la carrera. Ahora puedes ser tentado en dejar de correr. El amor de Cristo que te impulsó durante tanto tiempo parece debilitarse (2 Co 5:14). No sabes que pasó, pero has venido frenando hasta casi detenerte. Te sientes como si no pudieras dar un paso más. ¿Qué puedes hacer para mantenerte corriendo?
Fija "la mirada en el iniciador y consumador de" tu fe (Heb 12:2). Alza los ojos a Jesús en la cruz y en el trono. Jesús atraerá a todos hacia Él mismo (Jn 12:32). "No temas, basta que creas" (Mc 5:36). "Pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, despliegan alas como las águilas; corren y no se agotan, avanzan y no se fatigan" (Is 40:31).
En Jesús, Quien es la fuente de nuestra fuerza, lo podemos todo (Fil 4:13).
Oración: Jesús, que pueda empezar de nuevo a coger velocidad para correr Tu carrera.
Promesa: Él "soportó la cruz sin tener en cuenta la infamia, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Piensen en aquel que sufrió semejante hostilidad por parte de los pecadores, y así no se dejarán abatir por el desaliento" (Heb 12:2-3).
Alabanza: San Juan Bosco pasó su vida disciplinando a los jóvenes. También les enseñó trabajos relacionados con sus habilidades, permitiéndoles lograr éxito tanto en el mundo como en el Espíritu.