"desde ahora somos hijos de dios" (1 juan 3:2)
"¡Miren como nos amo el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente" (1 Juan 3:1).
Algo le ocurrió a san Juan que sería necesario nos ocurriese a nosotros. Como muchos de nosotros, Juan había escuchado que él era hijo de Dios. Y por la gracia del Espíritu Santo, se dio cuenta lo que significa ser un hijo de Dios. El Espíritu clamaba en su corazón: "Abba" (Gal 4:6; Rom 8:15). Fue como si Juan hubiese escuchado la voz de Dios Padre diciendo: "Este es mi hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección" (ver Mt 3:17). Después de esto, Juan caminó y corrió por la vida conmocionado por amor, mientras continuaba diciendo: "Desde ahora somos hijos de Dios" (1 Jn 3:2).
En cada uno de los ochos días que nos quedan del tiempo de Navidad, pide al Espíritu que te enseñe (Jn 14:26) y clama en tu corazón: "Abba". Comienza el año pidiéndole al Espíritu Santo que imprima en ti la gloria privilegiada de ser Hijo de Dios. "Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios" (1 Jn 3:2).
Oración: Jesús, Tú te convertiste en hijo de un hombre para que yo pudiese ser hijo de Dios, creo en tu Nombre, dame el poder de llegar a ser Hijo de Dios (ver Jn 1:12).
Promesa: "Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre Él, ese es Él que bautiza en el Espíritu Santo" (Jn 1:33).
Alabanza: "Pero ustedes saben que Él (Jesús) se manifestó para quitar el pecado, y que Él no tiene pecado" (1 Jn 3:5). ¡Alaba el Santísimo nombre de Jesús!