la hermandad
"Siento un gran deseo de verte, para que mi felicidad sea completa" (2 Timoteo 1:4).
San Pablo amaba a los santos Timoteo y Tito como hermanos en el Señor. Él oró por ellos "constantemente, día y noche" (2 Tim 1:3). Timoteo amaba a Pablo tanto que lloró cuando se separaron (2 Tim 1:4). Cuando Pablo "estaba bajo todo tipo de tribulaciones", se consoló con solo "la llegada de Tito" (2 Co 7:5-6). Él dependía tanto de Tito que no predicó en Trόade porque no encontró a su hermano Tito allá (2 Co 2:12-13).
Pablo, Timoteo y Tito se amaban y con los otros hermanos y hermanas cristianos tanto que finalmente dieron sus vidas por Jesús y entre sí (ver 1 Jn 3:16). La Biblia parece indicar que nuestra hermandad bautismal es una relación tan profunda como es posible para un ser humano. No es necesariamente más profunda que la relación matrimonial, pero no parece ser menos profunda.
La hermandad en Cristo no es una relación sexual. Se caracteriza por una "pureza absoluta" (ver 1 Tim 5:2). Es una relación milagrosa hecha posible solo por nuestro bautismo en Cristo. En el bautismo, podemos estar unidos con nuestros hermanos y hermanas cristianos, como Jesús y el Padre están unidos. Jesús está orando específicamente por esto (Jn 17:21). De este modo, como hermanos y hermanas en Cristo podemos participar en la unidad de la Trinidad.
Oración: Padre, dame un amor divino por mis hermanos y hermanas.
Promesa: "Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad" (2 Tim 1:7).
Alabanza: San Timoteo soportó falsas acusaciones y dudas, pero se mantuvo firme en el ministerio. El Señor sigue utilizando las cartas de Pablo a Timoteo para cambiar muchas vidas.