trabajo de la palabra
"La parábola quiere decir esto… los que escuchan la Palabra con un corazón bien dispuesto, la retienen, y dan fruto gracias a su constancia" (Lucas 8:11, 15).
La tierra es valorada por su fertilidad, o sea, cuán productiva y fructífera es. Jesús nos enseña exactamente cómo dar fruto:
- "Escuchar la Palabra con un espíritu de apertura" (Lc 8:15). Para escuchar la Palabra de Dios, debemos eliminar cualquier ruido de fondo. Debemos cultivar un espíritu de apertura. Así como un agricultor remueve la tierra al ararla, así debemos remover nuestras vidas — hacer cualquier cambio necesario — de manera que la semilla de la Palabra de Dios pueda ahondarse profundamente en nuestros corazones.
- "Retenerla" (Lc 8:15). Un jardinero retiene la semilla en la tierra enterrando la semilla con una cubierta de suciedad. De esta manera, el viento no se la puede llevar y los pájaros no se la pueden comer. Así mismo, nosotros escondemos la Palabra en nuestros corazones (Sal 119:11), atesorándola y negándonos a dejarla ir. Siempre meditamos en ella (Sal 1:2) y la hacemos parte de nuestro propio ser.
- "Dar fruto por medio de la perseverancia" (Lc 8:15). Nosotros no damos el fruto; la Palabra de Dios lo hace. Sin embargo, debemos perseverar en cooperar con el Espíritu Santo en la expansión de Su Palabra (Mt 24:45), enseñándola, y superando nuestras tendencias a dejar de compartir Su Palabra.
Trabajemos duro para ser un terreno rico para Jesús. "No nos cansemos de hacer el bien, porque la cosecha llegará a su tiempo si no desfallecemos" (Gal 6:9).
Oración: Padre, que hoy actúe de la manera adecuada a la de una persona que ha escuchado la Palabra de Dios Todopoderoso.
Promesa: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de Dios" (Lc 8:10).
Alabanza: San Roberto, aun encontrando oposición en todos lados, trabajó incansablemente para difundir la verdad. Su vida de oración, humildad y caridad lo marcaron como un santo.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).