salvado de los abismos del infierno
"¡Apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal!" (Mateo 7:23).
¿Cuán mal pueden ponerse las cosas? Podríamos rendirnos al enemigo incondicionalmente y ser llevados cautivos al exilio (2 Re 24:12). Los tesoros de nuestra fe podrían ser saqueados, y podríamos presenciar sacrilegios horribles (ver 2 Re 24:13). Podríamos llegar a ser "abatidos" (Sal 79:8) hasta que "nadie dé sepultura" a los muertos (Sal 79:3). En consecuencia, los cadáveres de los siervos de Dios se convertirían en "pasto a las aves del cielo" y "a las fieras de la tierra" (Sal 79:2). Imagínate un perro o una rata mascando el cadáver de tu madre. ¿Cuán mal pueden ponerse las cosas?
¿Por qué suceden estas atrocidades? ¿Por qué el Señor describe esto en la Biblia? El Señor nos está mostrando los resultados infernales del pecado. Esto nos debe llevar a arrepentirnos. La paga del pecado (Rom 6:23), especialmente nos debe llevar a agradecer a Jesús por salvarnos tomando nuestros pecados sobre Sí mismo (1 Pe 2:24) y morir por amor a nosotros. Jesús no solo nos ha salvado de algo desagradable. Él nos ha salvado de una degradación indescriptible. Acepta el regalo de la salvación de Jesús. Gracias Jesús, Salvador nuestro, constantemente y para siempre.
Oración: "Te estoy eternamente agradecido. Estoy eternamente agradecido por la cruz".
Promesa: "No son los que me dicen: "Señor, Señor", los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo" (Mt 7:21).
Alabanza: Después de haber sido liberada por Jesús de su adicción, Roberta alaba a Dios todos los días por su libertad.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 18 de febrero de 2016.
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