el campo minado
"Así lo ocultó a los ojos de Atalía y no lo mataron" (2 Reyes 11:2).
La madre reina, Atalía, exterminó a toda la familia real, a excepción de un bebé, Joás (2 Re 11:1-2). Siete años después, Joás y el sacerdote, Iehoiadá, eran las figuras centrales en derrumbar el reino malvado e idólatra de Atalía.
Este patrón se repite a lo largo del plan de salvación de Dios. Un sistema maligno domina a la sociedad y destruye tanta gente que solo unos pocos creyentes sobreviven. Al final este minúsculo vestigio, por el poder de Dios, derriba las fuerzas del mal.
Ahora mismo, nuevas Atalías exterminan a la familia real de Dios. En los EEUU, asesinan a uno de cada tres bebés en el vientre antes del parto. Muchos que logran sobrevivir son destruidos emocional y espiritualmente por el abuso y el abandono. Muchos más se vuelven "espiritualmente muertos cerebrales" luego de exponerse descuidadamente al lavado de cerebro de nuestra sociedad laica. Se pierden sus mentes, sus corazones, su libertad y su objetividad. No obstante, algunos Joás sobreviven el campo minado del aborto, del abuso, del rechazo, de la secularización y del lavado de cerebro. El Señor levantará estas personas para que derriben las fortalezas del maligno (ver 2 Co 10:4) y conduzcan el mundo hacia Cristo.
Oración: Padre, que yo pueda escapar para regresar triunfante.
Promesa: "Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben" (Mt 6:20).
Alabanza: Aunque se sentía sola y tenía miedo, Gladys cuidó a su bebé hasta que ella pudo ser adoptada. Confió en el Señor para que la protegiera tanto a ella como a su hija.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 18 de febrero de 2016.
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