¿quieres llenarte con el espíritu?
"Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar" (Juan 16:20).
Mañana comienza la Novena de Pentecostés, nueve días de intensa oración para recibir el Espíritu Santo cuando venga en una nueva manera el domingo de Pentecostés. Los nueve días de esta novena al Espíritu Santo corresponden estrechamente a los nueve meses de embarazo de una mujer. El bebé habita dentro de la madre durante el embarazo. Igualmente, el Espíritu Santo habita en nosotros (1 Co 3:16).
A medida que el bebé crece en el vientre de la madre, la madre experimenta cambios dramáticos. Todo cambia en su estilo de vida. Usa una vestimenta completamente diferente. Ella duerme y come de manera diferente. A veces, durante el embarazo, ella puede "llorar y lamentarse" (Jn 16:20). A medida que su niño crece dentro de ella, ella se va sintonizando con los movimientos y ritmos del bebé. Toda su vida está envuelta en el bienestar del bebé. En su último mes, su principal pensamiento es: "¡Ven, bebé!"
Debemos acercarnos a la novena del Espíritu Santo con una mentalidad similar. Debemos sufrir cambios drásticos en nuestro estilo de vida. Podemos dormir diferente, "levantándose temprano" (Mc 1:35) o permaneciendo de pie hasta tarde (Lc 6:12) para orar. Tenemos que llorar y lamentarnos (ver Jn 16:20) en arrepentimiento y dolor por nuestros pecados, y los pecados de los demás (ver Ez 9:4), todo lo cual entristece al Espíritu Santo (Ef 4:30). A medida que nuestra inmersión en el Espíritu progresa durante la novena, vamos a estar más en sintonía con el movimiento y ritmo del Espíritu. Toda nuestra vida se centra en lo que concierne al Espíritu Santo. Al el final de la novena, todo lo que podemos decir es: "¡Ven, Espíritu Santo!" ¿Quieres llenarte del Espíritu lo suficiente como para sumergirte en la Novena de Pentecostés?
Oración: Jesús, que me pueda anonadar al igual que Tú lo hiciste (Fil 2:7). Dame Vida en el Espíritu al máximo (Jn 10:10).
Promesa: "Pero esa tristeza se convertirá en gozo" (Jn 16:20).
Alabanza: Finalmente, después de completar el seminario Vida en el Espíritu, María se llenó con la alegría y los dones del Espíritu.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 21 de enero de 2016.
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