perder todo para ser salvados
"Entonces, ¿quién podrá salvarse?" (Marcos 10:26).
Deberíamos regocijarnos a "pesar de las diversas pruebas" (1 Pe 1:6), que debemos sufrir, si éstas nos ayudarán a "alcanzar el término de esa fe que es la salvación" (1 Pe 1:9). Deberíamos estar muy dispuestos a vender todo lo que tenemos y dar las ganancias a los pobres (Mc 10:21), si ésta es la manera en que el Señor quiere que trabajemos por nuestra salvación (Fil 2:12). Incluso, deberíamos estar dispuestos a morir jóvenes "para que la maldad no" pervierta nuestras mentes "ni el engaño" seduzca nuestras almas (Sab 4:11). Tenemos una sola meta en la vida: ser salvados. Perderemos todo para ganar nuestra salvación (Lc 9:24).
Te invito y te propongo a que le ores al Señor: "Yo acepto la salvación — sin importar lo que se necesite." Al hacer esta oración, tú estás:
- diciendo que sacrificarás todo para ser salvado,
- confiando en el Señor,
- incrementando la probabilidad de más sufrimientos en tu vida,
- incrementando la probabilidad de más alegría en tu vida (ver Col 1:24),
- haciendo tu vida más simple,
- haciendo tu vida más contracultural, y por lo tanto más propenso a ser perseguido, y
- expresando la libertad máxima.
Jesús es nuestro Salvador. Únicamente por medio de su nombre podemos ser salvados (Hch 4:12). Este es el único sentido de la vida. Acepta a Jesús como tu Salvador.
Oración: Padre, pongo mi vida en tus manos.
Promesa: "Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, nos hizo renacer" (1 Pe 1:3).
Alabanza: Jorge fue un adicto para quien un "toque" lo era todo, pero lo dejó por aquel Quien es Todo en Todo.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 21 de enero de 2016.
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