corazones duros y endureciéndose
"Obraron según sus designios, según los impulsos de su corazón obstinado y perverso" (Jeremías 7:24).
Ojalá hoy escuchen la voz del Señor: "No endurezcan su corazón" (ver Sal 95:7-8).
Podemos tener endurecimiento de nuestros corazones por años, incluso por generaciones (Jer 7:26). Durante siglos, podemos ignorar a Dios y llegar a ser progresivamente peor que nuestros padres, quienes fueron peores que sus padres y abuelos (ver Jer 7:26). El endurecimiento de corazones puede ser elegido no solo por individuos sino por naciones (ver Jer 7:28). Corazones duros y aun endureciéndose puede ser generacional, epidémico, deteriorante, e internacional. Puede llegar a ser tan fuerte, que matamos a los profetas de Dios, olvidamos que existe la fidelidad (Jer 7:28), acusamos a Jesús de trabajar para el diablo (Lc 11:15), nos convertimos en peones del diablo, damos muerte a millones de bebés en la matriz, constantemente vemos programas pecaminosos en la televisión como entretenimiento, nunca nos molestamos en leer la Biblia, nos rebelamos contra la Iglesia de Dios, y participamos en otras perversiones, autoengaños y atrocidades.
Si escuchan hoy la voz del Señor, no endurezcan sus corazones.
Oración: Padre, en esta Cuaresma derrite mi corazón y los corazones más endurecidos.
Promesa: "¡Entren, inclinémonos para adorarlo! ¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó! Porque Él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que Él apacienta, las ovejas conducidas por su mano" (Sal 95:6-7).
Alabanza: Durante sus últimos dieciocho años, santa Catalina luchó contra su enfermedad, sin embargo, optó por utilizar esta circunstancia para intensificar su enfoque en la adoración y contemplación.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de noviembre de 2015.
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