amar la espada
"El que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos" (Mateo 5:19).
Durante la Cuaresma, especialmente tratamos de imitar a Jesús cuando fue llevado por el Espíritu Santo al desierto. Allí Jesús venció las tentaciones del maligno usando la Palabra de Dios. También debemos usar la Palabra de Dios para lograr la victoria sobre las tentaciones.
Sin embargo, para hacer esto, debemos profundamente creer que la Biblia es mucho más que "la palabra humana, sino... como lo que es realmente, como Palabra de Dios que actúa en ustedes los que creen" (1 Tes 2:13). No utilicemos la Palabra de Dios en nuestras tentaciones si no oímos, leemos, oramos, vivimos y la compartimos en otros momentos. Incluso si citamos las Escrituras, ¿por qué el diablo tiembla si nosotros no nos estremecemos ante la Palabra de Dios (Is 66:2), sino que sólo pronunciamos palabras hipócritas? La victoria mediante la Palabra de Dios se basa en vivir la Palabra de Dios. Cuando conocemos, apreciamos y obedecemos cada letra y cada parte de la letra de la ley y de la Palabra de Dios (ver Mt 5:18), el Señor hará derribar los bastiones "los sofismas y toda clase de altanería que se levanta contra el conocimiento de Dios" (2 Co 10:4-5). Cuando nuestra obediencia a la Palabra del Señor es completa, tendremos el poder de "sometemos toda inteligencia humana para que obedezca a Cristo" (2 Co 10:5). Antes de usar la Palabra de Dios como una espada (ver Heb 4:12), debemos primero apreciarla como "el gozo y la alegría" de nuestro corazón (Jer 15:16).
Ama, vive, obedece y comparte la Palabra de Dios. Luego, puedes utilizarla para luchar contra el maligno.
Oración: Padre, enséñame primero a amar Tu Palabra y luego a usarla como arma.
Promesa: "Pero presta atención y ten cuidado, para no olvidar las cosas que has visto con tus propios ojos, ni dejar que se aparten de tu corazón un sólo instante. Enséñalas a tus hijos y a tus nietos" (Dt 4:9).
Alabanza: Gregorio escribe una reflexión semanal sobre las lecturas del domingo y envía correos electrónicos a sus hijos y nietos, que fielmente leen y reflexionan sobre el mensaje.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de noviembre de 2015.
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