el corazón de dios por los perdidos
"Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado" (Lucas 15:32).
Existe "más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse" (Lc 15:7). Nos regocijamos por la conversión del pecador, porque esto es muy importante para Jesús y por lo tanto, para nosotros.
"Es doctrina cierta y digna de fe que Jesucristo vino al mundo para salvar a los pecadores" (1 Tim 1:15). Jesús quiere tanto que los pecadores se vuelvan a Él que murió en la cruz para que esto sea posible. Jesús dejará noventa y nueve ovejas en el desierto e irá en busca de la oveja perdida (Lc 15:4). Jesús ha hecho y hará cualquier cosa para hacer que los pecadores se arrepientan.
Como seguidores de Jesús, los cristianos debemos estar preocupados en guiar a los pecadores al arrepentimiento. El Señor incluso nos da un incentivo extra para hacer esto al prometernos: "Sepan que el que hace volver a un pecador de su mal camino salvará su vida de la muerte y obtendrá el perdón de numerosos pecados" (Stg 5:20).
Para llevar a alguien al arrepentimiento debemos:
- arrepentirnos nosotros mismos. "Saca primero la viga de tu ojo y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano" (Mt 7:5).
- interceder. Algunos demonios "no se los puede expulsar sino por medio de la oración y del ayuno" (Mt 17:21).
- "viviendo en la verdad y en el amor" (Ef 4:15). Ama a la gente lo suficiente como para decirles que ellos y tu necesitan arrepentirse.
Lleva a alguien de vuelta a Jesús y has que el cielo se regocije.
Oración: Padre, en esta Cuaresma, que pueda llevar a algunos de Tus hijos de vuelta a Ti.
Promesa: Él "volverá a compadecerse de nosotros y pisoteará nuestras faltas" (Miq 7:19).
Alabanza: Antonio invitó a un compañero de trabajo a la confesión.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de noviembre de 2015.
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