En ambas lecturas bíblicas de hoy, vemos etapas avanzadas del mal. Los años de engaño de Jacob volvieron a atormentarlo cuando fue engañado por sus hijos, que casi matan al hermano de ellos José y finalmente lo vendieron como esclavo (Gn 37:28). En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús describe siglos de rebelión en contra de la voluntad de Dios. Esta rebelión culminó con el asesinato de Jesús, el Mesías e Hijo de Dios.

Vemos muchas fortalezas del maligno en medio de nosotros (ver 2 Co 10:4). Vemos etapas avanzadas del mal que han venido empeorando durante los siglos. Muchos cristianos dudan de si estas fortalezas pueden ser derribadas, pero el Señor nos promete que su gracia supera con creces incluso las etapas más avanzadas del mal (Rom 5:20). Hay Uno más grande en nosotros "que el que está en el mundo" (1 Jn 4:4). Aunque reconocemos el formidable poder del maligno en pervertir a la sociedad, el poder de Dios para convertir al mundo es mucho mayor. Por ejemplo, durante las últimas décadas, hemos vislumbrado el poder de Dios sobre el mal con la caída del comunismo.

Para superar fortalezas diabólicas de generaciones del mal en sus etapas avanzadas, sólo tenemos que obedecer a Dios (ver 2 Co 10:6; Rom 16:19-20). Si vamos cuando el Señor dice "Vayan," si oramos cuando Él manda orar, si hablamos cuando Él nos llama a ser sus testigos, si ayunamos cuando dice "Ayunen," si nos detenemos cuando Él dice "Paren," veremos familias liberadas y convertidas, iglesias renovadas, naciones obedientes y centradas en Cristo, instituciones y empresas arrepentidas. Cree y obedece.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de noviembre de 2015.

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