dejar el tema
"'No saben lo que piden,' respondió Jesús" (Mateo 20:22).
A medida que entramos en la Cuaresma, Jesús trata de llevarnos con Él a la cruz. Él habla de que va a ser traicionado, condenado, azotado, crucificado y resucitado (Mt 20:18-19). Al igual que Santiago y Juan, muchos de nosotros no estamos interesados en la cruz. De hecho, no estamos interesados en la Cuaresma, el ayuno, la penitencia, el arrepentimiento y la confesión. Tenemos cosas más importantes en nuestra mente, o sea, nosotros mismos.
Estamos más preocupados con lo que queremos, que con lo que el Señor quiere (ver Mt 20:21). Nos gustaría ser promovidos, sentarnos a la derecha o a la izquierda de Jesús (Mt 20:21). Nos gustaría ir al trono de Jesús y evitar la cruz.
Jesús no coopera con nosotros. Él insiste en que saquemos nuestra mente de nosotros mismos y la pongamos en la cruz. Él habla del cáliz del sufrimiento (Mt 20:22) y de dedicar nuestra vida al servicio de los demás (Mt 20:28). Él habla nada más que de Sí mismo crucificado (ver 1 Co 2:2).
Si nos vamos a comunicar con Jesús, si vamos a orar, tenemos que dejar de enfocarnos en nosotros mismos y permitir que Jesús sea el Señor de nuestra conversación. Jesús rehúsa dejar el tema de la cruz. Así nosotros debemos dejar el tema de nosotros mismos si esperamos comunicarnos con Él. Deje su asunto.
Oración: Padre, que no alardee de nada sino de la cruz (Gal 6:14).
Promesa: "Yo pongo mi vida en tus manos; tú me rescatarás, Señor, Dios fiel" (Sal 31:6).
Alabanza: En vez de amargarse por la pérdida de su marido y sus hijos, Teresa empezó a hacer trabajo voluntario para la familia de la Iglesia.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de noviembre de 2015.
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