Cuando Jesús llamó a Sus primeros apóstoles, comenzó con el cuarteto de Pedro, Andrés, Santiago y Juan (Mt 4:18, 21). De hecho, Andrés inicialmente fue el líder que presentó a Pedro a Jesús (Jn 1:40-41). Este cuarteto aparece unido en otras partes de los Evangelios (ver Mc 13:3). Sin embargo, por alguna razón Andrés no fue incluido más en este grupo privilegiado. Solo Pedro, Santiago y Juan acompañaron a Jesús en la Transfiguración, la resurrección de la hija de Jairo y en la agonía en el huerto. El cuarteto se convirtió en trío, pues Andrés quedó por fuera.

Aunque esta era la voluntad de Dios, Andrés pudo haber tenido problemas con sentirse excluido. Nosotros podemos tener el mismo problema al quedar fuera de alguna actividad, ministerio o comunidad. Inclusive si es la voluntad de Dios, estamos tentados a sentir celos, resentimiento o a no perdonar. No obstante si nos molestamos por haber quedado fuera de algunas cosas, no quedaremos fuera de cosas más importantes como la gracia del amor de Dios y la vida eterna.

Necesitamos ser como Andrés y agradecer al Señor por llamarnos a servir de cualquier manera, aunque quedemos fuera de algunas cosas. Gracias, Señor por dejarme por fuera. Confío en Ti y me siento seguro de Tu amor.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de junio de 2016.

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