viviendo y amando como nunca antes
"No hagan nada por espíritu de discordia o de vanidad, y que la humildad los lleve a estimar a los otros como superiores a ustedes mismos. Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás" (Filipenses 2:3-4).
Al ser bautizados en la muerte y resurrección de Jesús, recibimos una nueva naturaleza. En esta nueva naturaleza, nos relacionamos con los demás de manera muy diferente.
Por ejemplo, es natural que nos comparemos con los demás y observemos cómo somos superiores a ellos al vemos mejor, vestirnos mejor, tener más dinero, tener un mejor trabajo, o ser más inteligentes, más talentosos, o incluso más santos. Sin embargo, en nuestra nueva naturaleza, observamos cómo los demás son superiores a nosotros mismos (Fil 2:3). No estamos interesados en vernos bien, sino en la apreciación de los dones de los otros.
Naturalmente, miramos a los demás para ver cómo encajan en nuestras vidas, y cómo podemos beneficiarnos de ellos. Sin embargo, en nuestra nueva naturaleza, atendemos más a los intereses de los demás, en vez de los nuestros (Fil 2:4). Buscamos servir a los demás (Mt 20:28) para encajar en sus vidas.
Naturalmente, queremos ser remunerados por lo que hacemos, o por lo menos ser apreciados. Sin embargo, en nuestra nueva vida en Cristo, hacemos intencionadamente cosas por algunos que no nos pueden reembolsar (Lc 14:14) o por aquellos que son tan ingratos que no nos van a apreciar. Preferimos hacer las cosas de forma anónima para que nadie sepa que tiene que pagarnos o darnos las gracias a excepción de nuestro Padre celestial.
Viva una nueva vida de humildad, generosidad y servicio modesto.
Oración: Padre, dame el pensamiento (1 Co 2:16) y actitud de Cristo (Fil 2:5).
Promesa: "Yo aplaco y modero mis deseos: como un niño tranquilo en brazos de su madre" (Sal 131:2).
Alabanza: Clara hace trabajo voluntario gozosamente en un comedor, bendiciendo a todos los que vienen.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de junio de 2016.
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