libre
"Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu" (Efesios 4:4).
Debemos "tratar de conservar la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz" (Ef 4:3). Sin una profunda unidad Trinitaria, el mundo no tendrá fe en que Jesús ha sido enviado por el Padre (Jn 17:21). Sin fe en Jesús, no dejaremos que Jesús nos libere (Jn 8:36). En consecuencia, aniquilamos en nosotros mismos la capacidad de recibir las gracias del Espíritu Santo, cuya esencia es la libertad (Lev 25:10ss). Por lo tanto, debemos ser uno en Jesús para tener fe y poder aceptar la libertad del Espíritu.
Para crecer en la unidad del Señor cada cual debe:
- Arrepentirse y confesarse, porque el pecado divide a la gente de Dios.
- Recibir el milagro de la unidad Trinitaria recibiendo la Santa Comunión diariamente o tan seguido como sea posible.
- Perdonar a los que te han ofendido.
- Disculparse con aquellos a quienes has ofendido.
- Ser un ministro de reconciliación (2 Co 5:18).
- Orar diariamente por la unidad (ver Jn 17:20-21).
- Comparte tu fe en Jesús.
- Muévete en la llama del Espíritu Santo de unidad (2 Tim 1:6-7).
Después de aceptar un nuevo Pentecostés de unidad, tendremos la libertad del Espíritu Santo.
Oración: Padre, que muera, si es necesario, para que tu don de la unidad sea recibido (ver Jn 11:51-52).
Promesa: "Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos" (Ef 4:5-6).
Alabanza: Helena se regocijó cuando su esposo finalmente se unió a la Iglesia Católica y pudieron recibir juntos a Jesús.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de junio de 2016.
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.