signo de alto
"Maestro, queremos que nos hagas ver un signo" (Mateo 12:38).
Para los que querían verlo hacer un truco de magia, Jesús respondió: "Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches" (Mt 12:39-40). En otras palabras, Jesús les dio la señal de la cruz como el signo que ellos querían de Él.
La señal de la cruz es como una señal de alto o "Pare". Cuando conducimos y vemos una señal de alto, paramos de forma automática y miramos para ver lo que está sucediendo. Cuando vemos un crucifijo, debemos reaccionar de la misma manera. Debemos parar de inmediato. Miramos a Jesús crucificado, manteniendo "fijos la mirada en Jesús" (Heb 12:2). Esto nos debe parar al momento. Al igual que muchos hombres y mujeres poderosos de antaño, estaremos parados de pie sin habla ante los ojos del Hijo de Dios crucificado en agonía (ver Is 52:14-15). Y al escuchar a Jesús oímos que nos dice: "Ríndanse y reconozcan que yo soy Dios" (ver Sal 46:11).
Paren de pecar, paren de luchar, paren de correr. No vivan como si no tuvieran que "preocuparse por nada" (Ex 14:14). ¡Paren, en el nombre del amor!
Oración: "Cantaré al Señor, que se ha cubierto de gloria… Él es mi Dios y yo lo glorifico" (Ex 15:1-2).
Promesa: "¡No teman! Manténganse firmes, porque hoy mismo ustedes van a ver lo que hará el Señor para salvarlos" (Ex 14:13).
Alabanza: San Apolinar, según la tradición, fue ordenado por San Pedro y se destacó por su don de curación.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de febrero de 2015
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