¿muchos regresos felices?
"Una vez en libertad, los apóstoles regresaron adonde estaban sus hermanos" (Hechos 4:23).
La Iglesia ha completado la celebración de la Octava de Pascua (8 días). Hemos celebrado el regreso de Jesús después de estar tres días en la tumba. Luego de su resurrección, Jesús regresó adonde estaban sus seguidores. Allí actuó con gran poder enseñando las escrituras y confiriendo el Espíritu Santo para un cambio de vida.
Tanto Pedro como Juan imitaron a Jesús. Al "ser liberados, los dos regresaron adonde estaban sus hermanos" (Hch 4:23). Ambos oraron con tal confianza y poder que el edificio tembló. "Todos quedaron llenos del Espíritu Santo" (Hch 4:31). Después, los apóstoles también imitaron a Jesús: cuando quedaban libres, en lugar de huir asustados, regresaban de inmediato adonde estaban sus compañeros creyentes (Hch 5:41ss; 12:11-12; 14:19-20).
Hemos celebrado nuestra propia liberación del cautiverio en estos ocho días. Y ahora, ¿adónde regresaremos? Muchos regresarán a su sala para seguir viendo la tele. ¿Regresaremos al aislamiento de los placeres de este mundo y de este modo nos despojaremos de poder? Recuerden que "han sido llamados para vivir en libertad, pero procuren que esa libertad no sea un pretexto para satisfacer sus deseos carnales" (Gál 5:13). Imita a Jesús y a los Apóstoles. Regresa ya donde tus hermanos y hermanas en Cristo y regresa al poder del Espíritu (ver Lc 4:14).
Oración: Padre, "Permite a tus servidores anunciar tu palabra con toda libertad: extiende tu mano para que se realicen curaciones, signos y prodigios en el nombre de tu santo servidor Jesús" (Hch 4:29-30).
Promesa: "Te he dicho: 'Ustedes tienen que renacer de lo alto'" (Jn 3:7).
Alabanza: El Papa san Martín se preguntó a sí mismo cuando fue abandonado por sus viejos amigos "¿Por qué estoy ansioso? El Señor está cerca." Él fue el último Papa que murió como mártir.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de abril de 2015
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