no temas
"José, hijo de David, no temas" (Mateo 1:20).
Poco antes de ser crucificado, Jesús oró: "Padre santo, cuida en tu Nombre a aquellos que me diste" (Jn 17:11). "Que los preserves del Maligno" (Jn 17:15). Necesitamos estar en guardia, porque nuestro "enemigo el demonio, ronda como un león rugiente, buscando a quién devorar" (1 Pe 5:8). Estamos en tal peligro que el Señor nos asignó ángeles guardianes (Sal 91:11) y el Espíritu Santo ha asignado pastores para que nos guarden como miembros de la Iglesia (Hch 20:28).
Posiblemente, el guardián más grande de todos es san José, Él recibió la tarea de cuidar y proteger a Jesús y a su Madre, María. El también nos protegerá, si se lo permitimos.
Ciertamente, necesitamos todos los guardianes que podamos tener, considerando las amenazas diabólicas sobre nuestras vidas, peligros para la salud, tentaciones contra nuestra fe, oposición a nuestro ministerio, difamación contra nuestro carácter, decepciones contra la verdad y caos en la sociedad. Vivimos tiempos muy peligrosos. Necesitamos todos los guardianes que estén disponibles y necesitamos a José más que nunca.
Agradece al Señor por darte a José como tu guardián. Pídele que te cuide y sea como un padre para ti. Entonces, vive para Jesús con fervor, valentía, confianza y certeza. San José, ruega por nosotros.
Oración: Padre, que pueda estar seguro aunque mil caigan a mi izquierda y diez mil a mi derecha (Sal 91:7).
Promesa: "Tu casa y tu reino durarán eternamente delante de mí y su trono será estable para siempre" (2 Sm 7:16).
Alabanza: Por obedecer a Dios, san José protegió con éxito a Jesús de un intento de asesinato dirigido por el gobierno.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 25 de agosto de 2014
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