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Jueves, 5 de febrero de 2015

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santa Ágata


Hebreos12:18-19,21-24
Salmos 48:2-4,9-11
Marcos 6:7-13

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Reflexiones Similares

hablando de sangre

"Se han acercado... a Jesús, el mediador de la Nueva Alianza, y a la sangre purificadora que habla más elocuentemente que la de Abel" (Hebreos 12:22, 24).

El Papa san Juan Pablo II ha enseñado: "Esta sangre que brota del costado perforado de Cristo en la Cruz (ver Jn 19:34), "habla con mayor gracia" que la sangre de Abel. En efecto, expresa y exige una 'justicia' más radical y sobre todo implora piedad, intercede por los hermanos ante el Padre (ver Heb 7:25), y es la fuente de redención perfecta y el don de nueva vida" (El Evangelio de la Vida, 25).

La nuestra, es una edad de oro del martirio. San Juan Pablo II escribió: "al final del segundo milenio, la iglesia se ha hecho de nuevo una iglesia de mártires. La persecución de los creyentes...[ha] causado una gran siembra del martirio en diversas partes del mundo. El testimonio a Cristo [se ha] llevado hasta el derrame de sangre" (Hacia el Tercer Milenio, 37). Como la sangre de Abel, la sangre de los mártires reclama la justicia. "... Clamaban a voz en grito: «¿Hasta cuándo, Señor santo y verdadero, tardarás en hacer justicia y en vengar nuestra sangre sobre los habitantes de la tierra?»" (Ap 6:10). Al igual que la sangre de Jesús, la sangre de los mártires nos clama: "¡Señor, ten piedad!"

Debido a los cientos de millones de abortos quirúrgicos y químicos cometidos cada año en el mundo, vivimos inundados de sangre inocente derramada (vea 2 Reyes 21:16). La sangre de estos bebés clama con la sangre de Jesús piedad para la civilización de la cultura de la muerte (El Evangelio de la Vida, 25). La sangre de Abel, de Jesús, de los mártires y de los bebés solloza. Arrepiéntete, lava tu vestidura "en la sangre del Cordero" Jesús (Ap 7:14). Recibe la misericordia de Jesús.

Oración:  Jesús, cuando recibo tu precioso cuerpo y sangre en la Sagrada Comunión (ver Jn 6:53ss), puedo recibir y dar misericordia.

Promesa:  "expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo" (Mc 6:13).

Alabanza:  San Pedro negó a Cristo tres veces. Santa Ágata, mientras era torturada, le pidieron tres veces que negara a Cristo. Sin embargo, en toda ocasión se mantuvo firme en Jesús y recibió la corona de la vida (véase Ap 2:10).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 25 de agosto de 2014

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