la fuerza irresistible
"Insiste a la gente para que entre" (Lucas 14:23).
El pasaje de la Escritura de hoy en el que Jesús ordena a sus discípulos "insistir" a la gente para que entre en Su reino puede ser difícil de comprender. Quizás un ejemplo de mi vida puede llevar luz sobre el significado de Jesús. Yo era un estudiante universitario intensamente tímido y carecía de habilidad para reunirme con otros estudiantes en actividades católicas. Recuerdo vívidamente que después de la Misa escuché a varios estudiantes hablando entusiasmados acerca de encontrarse en el Centro Newman para la oración de la noche. Su emoción agitó un anhelo en mí por asistir. Caminé hacia el Centro y de repente me sentí demasiado avergonzado para entrar. Todo lo que pude hacer fue mirar con nostalgia a través de la ventana por varios minutos dolorosos a los que estaban reunidos en oración, luego, tristemente me fui solo a mi casa.
Con el tiempo, varios estudiantes cariñosos pudieron ver a través de las paredes que me había construido. Se acercaron a mí suave pero persistentemente. Ellos ejercieron la hospitalidad (ver Rom 12:13; Heb 13:2), perseveraron amable y firmemente y se ganaron mi confianza. Hicieron por mí lo que yo no pude y me ayudaron a entrar en el Reino de Dios cuando, de otra manera, habría retrocedido por un sentimiento de indignidad y una falta de confianza. Su amor me "insistió" a entrar; no pude resistirme más.
Muchas personas necesitan ser guiadas. Están muy apenadas, culpables, golpeadas para entrar en el reino de Dios. Silenciosamente claman por alguien que las oriente y guíe. Aun cuando sus palabras y acciones te empujan lejos, su Espíritu está clamando para que Dios envíe un líder que abra el camino (ver Miq 2:13) y les "insiste" a entrar (Lc 14:23). Para algunas de estas personas, tú eres ese líder.
Oración: Padre, que yo desee que Tu casa esté llena tanto como Tú lo deseas (Lc 14:23).
Promesa: "Con solicitud incansable y fervor de Espíritu, sirvan al Señor" (Rom 12:11).
Alabanza: San Martin extendió la hospitalidad a los más pobres de los pobres y trajo muchas almas a Dios.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 15 de junio de 2015.
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