noche santa, noche de paz
"Si ustedes saben que él es justo, sepan también que todo el que practica la justicia ha nacido de él" (1Juan 2:29).
Uno de los propósitos de la Navidad es animarnos a crecer en la santidad ―ser más como Dios, adoptar su carácter. En este tiempo santo Navidad comienza un año santo y una vida santa. El Señor nos ha creado para ser santos, como Él es santo (ver 1 Jn 3:3), para ser "perfecto en santidad" (1 Tes 5:23). Debemos tener "hambre y sed por la santidad" (Mt 5:6) y buscar el camino de santidad de Dios (Mt 6:33). Debemos "buscar la paz con todos y la santificación, porque sin ella nadie verá al Señor" (Heb 12:14).
Dios nos ha ofrecido la gracia para ser santos; es por eso que espera una santidad "perfecta" de nosotros. Al haber nacido de nuevo, por la fe y el Bautismo, se nos regala una nueva naturaleza para poder vivir una vida santa (1Jn 2:29). Aun cuando nos vence la tentación y volvemos a vivir como pecadores, podemos arrepentirnos, confesarnos y ser lavados en la sangre de Jesús. Así pues, tenemos la adopción del Padre, la redención del Hijo y los dones recibidos del Espíritu Santo. Estos son los regalos del Padre para que comiences una vida santa esta Navidad.
Oración: Padre, que mi deseo de ser Santo sea más fuerte que mi aspiración por el placer.
Promesa: "Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo" (Jn 1:33).
Alabanza: "Pero ustedes saben que él se manifestó para quitar el pecado" (1Jn 3:5). ¡Alaba el Santo Nombre de Jesús!
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 14 de agosto de 2014
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