Jesús creó su Iglesia y le dio el poder para expulsar los demonios (Mc 3:15). Ayer fue el cuadragésimo segundo aniversario del fallo del Corte Suprema de los EEUU que legalizo el aborto. Jesús nos ha enviado a sanar los corazones y a expulsar demonios, en su nombre. Sin embargo, la lucha contra el aborto ha sido muy dura. Pareciera que los demonios del aborto nos han sacado del poder. A la vista de todos, el Cuerpo de Cristo se ve débil e incapaz de vencerlos.

Irónicamente, el aniversario del aborto legalizado se observa durante esta semana de oración por la unidad cristiana. La enseñanza de la Iglesia Católica está unidad en la verdad sobre el aborto; sin embargo, los miembros de la Iglesia no están unidos, y menos todavía todos los miembros de las otras Iglesias cristianas. Tenemos una guerra civil en nuestro corazón (Stg 4:1; Jer 17:9). Si la Nueva Alianza de verdad está escrita en nuestros corazones (Heb 8:10), no estaríamos tan divididos y quebrados. Si seguimos la Nueva Alianza de Dios y vivimos como su pueblo real (Heb 8:10), no permitiríamos el asesinato de millones de bebés no nacidos.

"Si hoy escuchan su voz, no endurezcan su corazón" (Heb 3:7-8; Sal 95:7-8). ¡Arrepiéntanse! "ustedes abran ampliamente su corazón" (2Co 6:13). Deja que el Espíritu Santo trabaje en tu corazón como Él quiere (ver Rom 5:5).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 14 de agosto de 2014

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