¿a prueba de intimidación?
"No te dejes intimidar por ellos, no sea que te intimide yo delante de ellos" (Jeremías 1:17).
A menudo no podemos evitar ser perseguidos o incluso aniquilados; pero sí podemos rehusar ser intimidados. El gobierno podría encarcelarnos; pero no puede intimidar nuestros espíritus a menos que lo permitamos. No siempre podemos evitar que nuestros enemigos nos ataquen; pero siempre podemos rechazar la intimidación que quiere forzarnos a cambiar nuestras creencias (ver Mt 10:26).
Si aceptamos la gracia de Dios para ser valientes, nos ponemos de pie y públicamente anunciamos lo que Dios nos ha mandado (Jer 1:17). Como Juan el Bautista, llamamos al pecado: pecado, al adulterio: adulterio y a las mentiras: mentiras (Mc 6:18). Nos pondremos de pie por la verdad, porque Jesús es la Verdad (Jn 14:6).
Los valientes que resisten y no se dejan manipular son "una plaza fuerte, una columna de hierro, una muralla de bronce, frente a todo el país" (Jer 1:18). Ellos han construido este camino no por su fuerza humana, sino por la gracia de Dios (Jer 1:18). Los valientes son invencibles (Jer 1:19). Incluso, si mueren, resucitarán en victoria. No seas intimidado, sé libre, verdadero, puro, santo, victorioso y glorioso.
Oración: Padre, que no tema a los que puedan destruir mi cuerpo (Mt 10:28).
Promesa: "Mi boca anunciará incesantemente tus actos de justicia y salvación" (Sal 71:15).
Alabanza: San Juan fue un predicador y un profeta tan poderoso que el rey Herodes le temía aún cuando estaba en prisión (Mc 6:20).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 23 de abril de 2014
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