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Miércoles, 20 de agosto de 2014

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san Bernardo


Ezequiel 34:1-11
Salmos 23:1-6
Mateo 20:1-16

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Reflexiones Similares

prueba de misericordia

"Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más" (Mateo 20:10).

En la parábola de los trabajadores en el viñedo, el Maestro les pagó primero al último grupo (Mt 20:8). Su propósito, como era frecuente, era enseñar su misericordia al primer grupo, es decir, sus primeros discípulos. Las reacciones de estos mostraban, que aunque trabajaban con obediencia y sacrificio por su Maestro, todavía no habían entendido ni aceptado, la profundidad y riqueza de su piedad. Fallaron la prueba. Ellos miraban más el dinero del Maestro, que la misericordia del Maestro. "Y al recibirlo, protestaban contra el propietario" (Mt 20:11).

Aquí hay otras pruebas de misericordia:

  • Tú has luchado sin éxito, por años, para establecer la adoración eucarística en tu parroquia. Luego, un nuevo convertido, un ex-criminal lo logra. ¿Te alegras de su logro, o interiormente te quejas porque él recibe el mérito?

  • Eres un fiel pastor que ora, ayuna y predica con vehemencia para persuadir a los parroquianos a recibir con regularidad la Confesión. Un joven sacerdote te reemplaza, y a los pocos meses hay largas filas para recibir la Confesión. ¿Te regocijas o te quejas?

  • Tu marido se divorcia de ti y te abandona con cuatro niños pequeños. Te sacrificas por décadas para educarlos en la fe. Su padre retorna cuando ya han crecido. ¿Cuando ves a tus hijos, ya adultos y devotos, alabar y agradecer a su padre, que haces? ¿Te alegras o protestas?

¿Cuál es la circunstancia difícil que el Señor usa para enseñarte a ser piadoso? Nosotros, discípulos modernos, podemos también no ver la lección y fallar la prueba de piedad. Pon tus ojos en la misericordia de Jesús.

Oración:  Padre, déjame ser como Tú: "rico en misericordia" (Ef 2:4).

Promesa:  "Porque así habla el Señor: ¡Aquí estoy yo! Yo mismo voy a buscar mi rebaño y me ocuparé de él" (Ez 34:11).

Alabanza:  Frecuentemente san Bernardo se humillaba ante Dios en oración, lo que fomentó en su vida los dones de reforma y reconciliación.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 23 de abril de 2014

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