vivir es creer
"Y Él exalta la fuerza de su pueblo. ¡A Él la alabanza de todos sus fieles, y de Israel, el pueblo de sus amigos!" (Salmos 148:14).
Pedro hizo una gran profesión de fe cuando reconoció a Jesús como el Mesías, "El Hijo de Dios vivo" (Mt 16:16). Sin embargo, en subsiguientes eventos, Pedro demostró que no había comprendido completamente el significado de lo que había profesado acerca de Jesús. Él rehusó aceptar las palabras de Jesús sobre la cruz (Mt 16:22). ¿Cómo podía haber hecho eso, si no hubiese creído verdaderamente que Jesús era el Hijo de Dios vivo? También, Pedro dijo que Jesús era responsable de pagar el impuesto del templo, aunque Jesús ciertamente estaba exento de esto, por ser Hijo de Dios (Mt 17:26).
Somos semejantes a Pedro en que hemos hecho grandes profesiones de fe. Sin embargo, podemos haber mencionado la verdad sobre Jesús, y a la vez haber negando nuestras palabras con nuestras acciones y vidas. Si creemos que Jesús es Dios, ¿no tendríamos que obedecerle y ser sus testigos en cada momento? (ver Hch 1:8). ¿No tendríamos que desear recibir a Dios mismo diariamente en la Santa Comunión? ¿No deberíamos de invertir más tiempo con la Palabra de Dios en la Biblia, en lugar de hacerlo con las palabras de los hombres en la televisión o en los periódicos?
Si, nosotros hemos dicho que Jesús es el Mesías, el Salvador, el Señor y Dios; ahora, nos corresponde actuar conforme a estas verdades.
Oración: Padre, que mi vida hable el mismo mensaje que mis palabras – aún más alto.
Promesa: "Como el aspecto del arco que aparece en las nubes los días de lluvia, así era la claridad que lo rodeaba" (Ez 1:28).
Alabanza: Santa Clara expresó su amor por Dios valiéndose pacientemente de la enfermedad, haciendo penitencia, ofreciendo oraciones y permaneciendo devota a sus hermanas y a su pueblo.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 23 de abril de 2014
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