esperanza para el arrepentido
"Yo cambiaré la suerte de mi pueblo Israel" (Amós 9:14).
Después de más de ocho capítulos de condenaciones dolorosas, el libro de Amós concluye con una profecía de esperanza. Las ruinas se levantarán (Am 9:11); el pueblo de Dios se reconstruirá (Am 9:11); una gente derrotada conquistará una vez más (Am 9:12). "Llegan los días en que el labrador seguirá de cerca al que siega" (Am 9:13). El Pueblo restaurado del Señor será bendito y fructífero. Las últimas palabras son " Esperanza" y " vida".
El Señor promete: "Porque yo conozco muy bien los planes que tengo proyectados sobre ustedes: son planes de prosperidad y no de desgracia, para asegurarles un porvenir y una esperanza. Entonces, cuando ustedes me invoquen y vengan a suplicarme, yo los escucharé; cuando me busquen, me encontrarán, porque me buscarán de todo corazón, y yo me dejaré encontrar por ustedes Yo cambiaré la suerte de ustedes" (Jer 29:11-14). "Vengan, y discutamos –dice el Señor– Aunque sus pecado sean como la escarlata, se volverán blancos como la nieve; aunque sean rojos como la púrpura, serán como la lana. Si están dispuestos a escuchar, comerán los bienes del país; pero si rehúsan hacerlo y se rebelan, serán devorados por la espada, porque ha hablado la boca del Señor" (Is 1:18-20). "Y la esperanza no quedará defraudada" (Rom 5,5).
Oración: Padre, que pueda cruzar el umbral de la esperanza y ser verdaderamente libre.
Promesa: "El Señor promete la paz, la paz para su pueblo y sus amigos, y para los que se convierten de corazón" (Sal 85:9).
Alabanza: San Antonio comenzó la devoción de las "Cuarenta Horas" de la adoración Eucarística.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de abril de 2014
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