"¡Ay! de los que llaman bien al mal y mal al bien" (Is 5:20). El Señor quiere que nosotros "aborrezcamos el mal," y no le demos otro nombre para que sea más aceptable (Am 5:15). Nuestra cultura de la muerte se especializa en darle vueltas a las ideas y los acontecimientos, usando palabras suaves para cambiarle el nombre a las acciones que son completa y objetivamente malas ante los ojos de Dios. Sólo porque la sociedad llama a estas acciones buenas no quiere decir que Dios ha cambiado sus preceptos. Unos ejemplos de estas malas acciones son:

• Tenemos legalmente el derecho de abortar a un "feto".Dios considera esto malo, es el asesinato de un niño vivo (ver Ex 20:13).

• Los que apoyan el mal del aborto lo llaman "un derecho".

• Los actos homosexuales son presentados consistentemente en la Biblia como abominaciones para el Señor (ver Lev 18-22; Rom 1:24-32). Pero, si alguien expresa públicamente esta verdad, esa persona será condenada como mala e intolerante.

• Ciertas corporaciones explotan a sus empleados y les faltan el respeto ofreciéndoles trabajos con por sueldos mínimos en condiciones inhumanas. Esta injusticia es conocida con los "buenos" nombres como lucro y valor de la empresa.

Estos son sólo algunos ejemplos de cómo nuestra sociedad manipula las palabras para hacer que los mandatos buenos y santos de Dios aparezcan restrictivos, intolerantes y hasta malos. Sólo existe un futuro para "los que llaman bien al mal y mal al bien, y esto es un eterno ¡Ay! (Is 5:20). ¡Arrepiéntete! "No se engañen: nadie se burla de Dios. Se recoge lo que se siembra" (Gal 6:7). "Busquen el bien y no el mal, para que tengan vida" (Am 5:14).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de abril de 2014

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