un escritor fantasma
"Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu" (Lucas 24:37).
"La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros" (Jn 1:14). Dios se hizo ser humano, de modo que nosotros pudiéramos tener una relación de carne y sangre profundamente personal con Él. Después de la muerte de Jesús, parecía que su encarnación había terminado. Cuando Jesús resucitó corporalmente de entre los muertos, fue restablecida su encarnación.
Sin embargo, los apóstoles perdieron contacto con el Jesús encarnado porque encontraron difícil creer en Su resurrección. "Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu pero Jesús les preguntó: '¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo' " (Lc 24:37-39). Incluso Jesús comió un pedazo de pescado para probar que todavía estaba encarnado (Lc 24:42-43). Finalmente, "les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras" (Lc 24:45).
Obviamente, Jesús quiere que nos relacionemos con Él como ser encarnado y resucitado. Más aún, la presencia de su cuerpo físico no garantiza que nos relacionemos de esa forma. Necesitamos fe, y ésta "viene por medio de la predicación y la predicación de la Palabra de Dios" (Rom 10:17). Por eso, el encarnado, el Jesús resucitado pasó la primera tarde y noche de su vida resucitada "abriendo la inteligencia de sus discípulos y apóstoles para que pudieran comprender las Escrituras" (Lc 24:45).
Lo que la resurrección de Cristo no hizo, lo puede hacer su Palabra. (ver Lc 16:31). Ama, aprende y vive en la Palabra de Dios (Jn 15:7; 8:31). Entonces te relacionarás con Jesús como hombre, no como con un fantasma.
Oración: Padre, haz mi relación con Jesús, la más real y sustancial de mi vida.
Promesa: "Esta fe proviene de él, es la que lo ha curado completamente, como ustedes pueden comprender" (Hch 3:16).
Alabanza: ¡Aleluya! ¡Jesús ha resucitado en gloria! "¡Demos gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo!" (1Co 15:57).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 18 de diciembre de 2013
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