oración matutina de la iglesia
"Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su Pueblo" (Lucas 1:68).
Muchos cientos de miles de sacerdotes y religiosos han prometido bajo pena de pecado rezar cada mañana la lectura del Evangelio de hoy, el cántico de Zacarías, como parte de la oración de la Liturgia de las Horas.
La Iglesia hace énfasis en la profecía de Zacarías porque:
- Es una profecía y los profetas son parte del fundamento de la Iglesia (Ef 2:20).
- Zacarías hizo esta oración cuando "quedó lleno del Espíritu Santo" (Lc 1:67). Ojalá que también nosotros seamos colmados con el Espíritu Santo cuando la rezamos.
- Esa profecía nos enseña que cada mañana debería recordarnos que Jesús es "el Sol naciente" (Lc 1:78), el Amanecer, la Luz del mundo (Jn 8:12).
- Esa profecía precede inmediatamente al acontecimiento bíblico de la primera Navidad y hacer esta oración ha probado ser la manera de prepararse para el encuentro con Cristo de una nueva forma durante la temporada navideña.
Aunque muchos de ustedes no están obligados a rezar el cántico de Zacarías todos los días, recítenlo hoy y todos los días del tiempo de Navidad. Puedes elegir recitar esta oración para siempre a medida que Jesús guía tus "pasos por el camino de la paz" (Lc 1:79).
Oración: Jesús, que pueda hacer cualquier sacrificio necesario para entregarme yo mismo como regalo de Tu Natividad.
Promesa: "Tu casa y Tu reino durarán eternamente delante de mí y su trono será estable para siempre" (2 Sm 7:16).
Alabanza: "Bendito sea el Señor, el Dios de Israel porque ha visitado y redimido a su Pueblo" (Lc 1:68).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 14 de agosto de 2014
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