amar a los estériles
"Pero a Ana le daba una porción especial, porque la amaba, aunque el Señor la había hecho estéril" (1 Samuel 1:5).
Al comenzar este nuevo año, queremos llevar a cuantas personas sea posible a Jesús (1 Cor 9:19). Si amamos al Señor y al pueblo, daremos a otros el mejor regalo de todos, la vida en Cristo Jesús.
Sin embargo, nos encontramos con que muchos cristianos no han guiado y ni siquiera tratado de guiar a otros a Jesús. Son espiritualmente estériles. Muchas personas no ponen importancia en esta situación, pero esto es temerario, puesto que el Señor nos ha mandado y nos ha hecho responsables de dar fruto y multiplicarnos (Gen 1:28) y a hacer discípulos de todas las Naciones (Mt. 28:19). Por otro lado, algunas personas culpan a los cristianos estériles por no tratar de compartir su fe en Jesús (1Sam1:6-7). Esta actitud de culpar y causar vergüenza es contraproducente.
Quizás podemos aprender de Elcaná, el esposo de Ana, quien era estéril. Cuando Elcaná ofrecía sacrificios, daba "una porción especial, porque la amaba" (1 Sam 1:5). Algunos que tampoco damos fruto, necesitamos una doble porción de la palabra de Dios, de la oración y de la comunidad cristiana para superar esta esterilidad espiritual. Necesitamos ser amados para aceptar y luego dar el amor de Dios. "Nosotros, por nuestra parte, amamos porque Él primero nos amó" (1 Jn 4:19). El amor de Cristo nos impulsará (2 Cor 5:14) para compartir el amor de Jesús con todo quien nos encontramos. El amor nos hace espiritualmente fructíferos.
Oración: Padre, voy a hablar de la abundancia del amor en mi corazón (Lc 6:45).
Promesa: "El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia" (Mc 1:15).
Alabanza: San Hilario fue elogiado por los san Agustín y san Jerónimo como "un bello cedro trasplantado fuera de este mundo a la iglesia".
Referencia: (Esta enseñanza fue preparada por un miembro de nuestro equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de julio de 2013
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