primero que todo
"Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres" (1Timoteo 2,1).
Las injusticias en nuestro mundo son cada vez más severas. Los necesitados son pisoteados y los pobres destruidos (Am 8,4). Millones de bebés abortados, millones de personas mueren de hambre y millones de refugiados son sólo algunas de las injusticias.
La respuesta cristiana a estas injusticias debe ser la fe. Únicamente por la fe podemos remover estas montañas (Cfr. Mt 17,20). Debemos expresar nuestra fe por nuestras obras (Cfr. Stg 2,26). Como el administrador de la lectura del Evangelio de hoy, los cristianos deben "negociar", tomar "la iniciativa" (Lc 16,8) en la política, la economía, las comunicaciones, la educación, etc. No obstante, nuestra primera respuesta a la injusticia debe ser la oración. Pablo enseñó: "Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades" (1Tim 2,1-2). "Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, porque Él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad" (1Tim 2,3-4). Orar antes de actuar, permite que nuestras acciones sean inspiradas por Dios, en lugar de nuestras preocupaciones. En lugar de ser erráticas, ineficaces o equivocadas, ellas pueden ser poderosas y redentoras.
El Señor prometió que los demonios que están detrás de las injusticias en nuestra sociedad, serán expulsados por la fe expresada en la oración y el ayuno (Mt 17,21). En ocasiones, nuestras acciones no son eficaces porque nuestra oración y ayuno no han sido suficientes. Por eso, ora y ayuna según la voluntad de Dios, luego actúa.
Oración: Padre, enséñame a orar (Cfr. Lc 11,1) como Tú quieres.
Promesa: "Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas" (Lc 16,9).
Alabanza: ¡Te alabo, Jesús resucitado! Nos has liberado del poder del mal. ¡Todo honor y alabanza a Ti!
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 5 de mayo de 2013
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