añadir agua
"En el aljibe no había agua sino sólo barro, y Jeremías se hundió en el barro" (Jer 38,6).
¿"No había agua…sólo barro"? ¿Es tal vez esta una descripción de tu vida? ¿Estás espiritualmente en un agujero, hundiéndote en el lodo, muriéndote de hambre? (Jer. 38,9). Es necesario agregar agua para convertir el lodo en un charco y el charco en un pozo de agua viva (Jn 4,14).
La mayoría de nosotros ha recibido las aguas bautismales que dan vida. El Domingo de Pascua renovamos estas promesas bautismales. ¿Has animado al Espíritu Santo para que fluya en tu alma y corazón? Renueva tus promesas bautismales y deja que las aguas de la vida fluyan y te levanten del fango del pecado.
Jesús dijo que recibiría un bautismo (Lc 12,50). Él se refería al baño de dolor en el Calvario (Mc 10,38). Al renovar nuestras promesas bautismales, también nos comprometemos a sufrir con Jesús y por amor a Él. Consciente del sufrimiento que se conlleva, renueva tus promesas bautismales; rechaza a Satanás, sus obras y sus promesas vacías. Profesa tu fe en tu Padre amoroso; en Jesús como tu Salvador, Señor y Dios; y en el Espíritu Santo. Rocíate tu mismo con agua bendita. ¡Quítate el barro del pecado y sal del agujero! Que tu fe te colme de "agua".
Oración: Padre, como la cierva "sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, Oh Dios" (Sal 42,2).
Promesa: "Piensen en Aquel que sufrió semejante hostilidad por parte de los pecadores, y así no se dejarán abatir por el desaliento" (He. 12,3).
Alabanza: ¡Te alabamos, Jesús nuestro Salvador! Tu amor nos limpia y Tú nos guías a una vida resucitada. ¡Aleluya!
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 5 de mayo de 2013
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