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Sábado 8 de junio de 2013

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Corazón Inmaculado de María


Tob 12:1, 5-15, 20
Tob 13:2, 6-8
Marcos 12:38-44
ó Lucas 2:41-51

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caridad viviente

"Ellos dieron lo que les sobraba de su riqueza, pero ella dio de lo necesario, todo lo que ella tenía para vivir" (Marcos 12:44).

Ciertamente que cuando damos de lo que nos sobra, obedecemos al Señor y le agradamos. "Oración y ayuno son buenos, pero mejor que eso es hacer obras de caridad" (Tob 12:8). "Aquellos que con regularidad hacen buenas obras gozarán de una vida plena" (Tob 12:9).

Se nos invita a dar algo más de cosas, a darnos nosotros mismos en un acto de caridad viviente. Es decir, dar de "lo que tenemos para vivir" (Mc 12:44). Cuando vivimos esta caridad damos "nuestra propia vida" (1Tes 2:8).

Cuando damos de nosotros y no solamente de lo que tenemos, nuestro don toma una dimensión diferente. Cuando damos de nosotros mismo, el regalo se vuelve un sacrificio. Aún un pequeño sacrificio constituye algo mucho más grande que una gran dádiva (Mc 12:41-43). No hay duda que los sacrificios tienen mayor poder que los regalos. Pueden ser usados por nuestro Señor para salvarnos "de la muerte" y expiar "todo pecado" (Tob 12:9).

Dios desea y se merece más que regalos. Él desea caridad…viviente. Él lo demuestra al sacrificar a Su Hijo en la cruz. Que tu ofrenda sea el don de tu propia vida por el Señor. "Les ruego ofrezcan sus cuerpos como un sacrificio viviente, santo y aceptable a Dios" (Rom 12:1).

Oración:  Padre, Haz de mi vida un sacrificio de alabanza (Sal. 50:23).

Promesa:  ¡"Regresen pecadores! Hagan lo correcto delante de Él: tal vez Él los pueda mirar favorablemente y les manifieste Su misericordia" (Tob 13:6).

Alabanza:  Alfredo expresó su devoción a Jesús a través de María, afiliándose a los Caballeros de la Inmaculada y comprometiéndose a interceder por otros y a la adoración de Eucaristía con regularidad.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de marzo de 2013

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