Jesús nos manda: "Pidan y se les dará" (Mt 7,7). Sin embargo, el Señor nos dice: "Ustedes no tienen, porque no piden. O bien, piden y no reciben, porque piden mal, con el único fin de satisfacer sus pasiones"(Stg 4,2-3). A menudo el Señor debe decirnos: "No saben lo que piden" (Mc 10,38). Debemos pedir al Señor por su gracia, las bendiciones, perdón y misericordia, pero no debemos pedir en la ignorancia o el egoísmo.

Si basamos nuestras oraciones en la Biblia, seremos más propensos a pedir de la manera correcta. Por ejemplo, el escritor del Eclesiástico puede enseñarnos a pedir ayuda a Dios. En unos cuantos versículos, ora:

• "Ten piedad de nosotros, Señor, Dios de todas las cosas y míranos" (Eclo 36).

• "Derrama tu temor en todas las naciones!" (Eclo 36)

• "Danos nuevos signos, renueva tus maravillas, manifiesta tu gloria actuando y castigando"(Eclo 36,5).

• "Revive tu furor y derrama tu cólera; destruye al adversario y aplasta al enemigo" (Eclo 36,6).

• "¡Ten piedad, Señor, de este pueblo que lleva tu nombre!" (Eclo 36,11).

• "Confirma las promesas que hiciste al principio, y haz que reaparezcan las profecías en tu nombre"(Eclo 36,14).

• "Dales su recompensa a los que en ti esperaron" (Eclo 36,15).

Pedimos todas estas cosas no conseguir lo que queremos, pero que "se conocerá hasta los confines de la tierra" que Yahweh es "el Dios eterno" (Eclo 36,17). Pregunta de la Biblia y para el Señor.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de diciembre de 2012

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