jesús obrero
"Ustedes sirven a Cristo, el Señor" (Colosenses 3:24).
Porque nuestro trabajo es una de las principales formas en que expresamos nuestro amor por Jesús, debemos hacerlo de acuerdo a su voluntad. Hazte las siguientes preguntas:
- ¿Trabajo para promover el Reino de Dios? La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos (Mt 9:37).
- ¿Renunciaría a mi trabajo si el Señor me lo pide? Mateo, Santiago, Juan, Pedro y Andrés dejaron sus trabajos al mandato de Jesús.
- ¿Estoy trabajando por la razón correcta? ¿Estoy trabajando para el Señor (Col 3,23) o para tener cosas de no duran? (Jn 6,27).
- ¿Considero mi trabajo una manera de alabar al Señor? (Heb. 13,16).
- ¿Soy testigo de la resurrección de Jesús en mi trabajo o soy indiferente a lo que Jesús ha hecho por mi?
- ¿Santifico el Día del Señor no trabajando o haciendo las compras el domingo? (Cfr. Ex 20,8ss).
- ¿Estoy dispuesto a aceptar las dificultades que mi testimonio de vida cristiana me impone, en mi trabajo y en mi vida? (Hechos 5,41).
- ¿Cuándo Jesús vuelva, me encontrará trabajando para Él? (Lc 12:43).
Si Jesús no es Señor de nuestro trabajo, difícilmente será el Señor de nuestras vidas. Pide a San José Obrero que interceda para que puedas consagrar tu trabajo y tu vida a Jesús, como él lo hizo.
Oración: Padre, que mi forma de trabajar sea reflejo de la luz de tu Hijo resucitado.
Promesa: "¿De dónde le viene, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es este el hijo del carpintero? "(Mt 1,54-55).
Alabanza: San José dejó su trabajo y su clientes en tres ocasiones diferentes para obedecer el mandato del Señor (Cfr. Mt. 2,13, 19 y 22).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de diciembre de 2012
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