¿el 'yo soy' o el 'yo'?
"Jesús respondió: «Les aseguro que desde antes de que naciera Abraham, Yo Soy»" (Juan 8:58).
Jesús dice "Yo Soy" (Jn 8:28). "Yo Soy" es el nombre de Dios (Ex 3:14). Por lo tanto, Jesús se llamó a sí mismo "Dios". Quienes le creyeron lo adoraron y le entregaron su vida. Aquellos que no creyeron a Jesús no tenían otra alternativa que ejecutarlo por blasfemia (Jn 8:59).
Hoy en día, hay muchos, incluso cristianos, que no adoran a Jesús ni lo aman de todo corazón (Mt 22:37). Sin embargo, no odian a Jesús. No son ni calientes ni fríos hacia Jesús sino tibios (Ap 3:16). Esta actitud es claramente errónea e ilógica para aquellos que creen que Jesús afirmó que es Dios.
Puesto que Jesús es el "Yo Soy", deberíamos ser totalmente suyos. Él es el que da sentido a la vida, la vida misma (Jn 14:6; Fil 1:21). Darle a Jesús algo que no sea todo no tiene sentido. A Jesús se le ama o se le odia, se le adora o se le ignora, se le obedece completamente o se le desprecia completamente. Nosotros debemos o predicar a todo el mundo acerca de Jesús o tratar de librar al mundo de la mentira y la plaga del cristianismo.
Antes de esta Cuaresma, aclara este asunto con Jesús. Deja de juguetear con él. Dale tu vida entera. Trátale como el Dios que Él es, pues es la única y verdadera forma de relacionarse con él. Dile como el apóstol Tomás: "¡Señor mío y Dios mío!" (Jn 20:28).
Oración: Jesús, que mi relación contigo sólo tenga sentido para aquellos que creen que eres el gran "Yo Soy".
Promesa: "Yo te daré en posesión perpetua, a ti y a tus descendientes, toda la tierra de Canaán, esa tierra donde ahora resides como extranjero" (Gn 17:8).
Alabanza: José empezó a ir a Misa uno o dos días a la semana. Este tiempo extra con Jesús le sirvió para profundizar tanto en su amor por la Eucaristía que ahora va a Misa todos los días.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro de nuestro equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 27 de septiembre de 2012
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.