"manantiales de agua viva" (jn 7:38)
"…vi que salía agua..." (Ezequiel 47:1).
El agua goteaba "por debajo del umbral de la Casa, en dirección al oriente" (Ez 47:1). La gotera se convirtió en un gran río que desembocaba hacia el mar y hacia el agua salada fresca. (Ez 47:8-9). Donde quiera que este río flotaba, traía vida abundante (Ez 47:12). En el Salmo de hoy, el Salmista se habla de un "canal cuya corriente alegra la ciudad de Dios" (Ps 46:5). Porque Dios está presente en su ciudad y en el canal, el canal es un rio de paz donde el Señor para las "guerras hasta el final del mundo" (Ps 46:10). La lectura del Evangelio menciona el agua de la piscina de Betsata, donde la primera persona que se metía en ella sanaba, luego de que las aguas eran milagrosamente agitadas. (Jn 5:7).
La Iglesia ha escogido estas lecturas bíblicas sobre aguas para prepararnos a renovar nuestras promesas bautismales en dos semanas y media. Las aguas del Bautismo son más grandiosas que las aguas del río de vida de Ezequiel, el río de paz del Salmista o las aguas sanadoras de la piscina de Betsata. Las aguas del Bautismo son más grandiosas que las del diluvio en tiempos de Noé, que las aguas del Mar Rojo, y también que las aguas del Río Jordán en las cuales Jesús fue bautizado. Cuando renovamos nuestras promesas bautismales, rechazamos a Satanás, todas sus obras y todas sus promesas vacías. Creemos con todo nuestro corazón en Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Así conoceremos, el poder de las aguas bautismales que tienen el pueden darnos vida, salvarnos, lavarnos, liberarnos y sanarnos. Prepárate para el acto de fe más grande de tu vida.
Oración: Padre, quiero entrar y sumergirme en las aguas de Tu amor.
Promesa: "Recuerda ahora, que has sido sanado. Deja tus pecados antes de que algo peor te sobre pase" (Jn 5:14).
Alabanza: Rogelio desea tomarse el tiempo de conocer más de cerca a aquellos con quienes colabora, en su ministerio, para poder servirles mejor.
Referencia: (Esta lectura fue sometida por un miembro del equipo editorial.)
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 27 de septiembre de 2012
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