En la Vigilia y en la Misa del Domingo de Pascua, el Señor nos llama a hacer el mayor acto de fe en nuestras vidas. Se nos hacen tres preguntas: "¿Tiene fe en el Padre? ¿En el Hijo? ¿En el Espíritu Santo?" Somos capaces de responder estas preguntas con fe sólo si primero hemos contestado otras tres preguntas: "¿Rechazamos a Satanás? ¿A todas sus obras? ¿A todas sus promesas vacías?" Rechazar las miles de obras de Satanás y sus promesas vacías es un acto de fe humanamente imposible que sólo se puede hacer por la gracia.

Empezando hoy y durante todas las semanas de la Cuaresma que faltan, la Iglesia nos guía por medio del Evangelio de Juan, para fortalecer nuestra fe en la preparación del mayor acto de fe en la Pascua. El Evangelio de Juan, fue escrito específicamente para ayudarnos a tener fe "de que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, así que a través de esta fe", nosotros podamos tener vida en Su nombre (Jn 20:31). Al igual que el oficial real en la lectura del Evangelio de hoy, en esta última mitad de la Cuaresma, estamos siendo inmensamente desafiados por Jesús a tener fe en Sus palabras (Jn 4:50). Cada uno de nosotros y nuestras familias estamos llamados a creer en Jesús como nunca antes (Cf Jn 4:53).

Muy pronto seremos llamados a hacer el mayor acto de fe en nuestras vidas cuando renovemos nuestras promesas bautismales. En esa hora de fe, los enfermos sanarán (Cf Jn 4: 52-53), las montañas del pecado serán removidas (Mt 17:20), las fortalezas del demonio se desmoronarán (2Cor 10:4), y la victoria del Cristo Resucitado será aplicada a nuestras vidas. Por fe tendremos Pascua y vida. Aumenta tu fe (Lc 17:5).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 27 de septiembre de 2012

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