practica la presencia del maestro (parte 2)
"Después vinieron diciendo: "Señor, señor, ábrenos. Pero respondiendo él, dijo: "En verdad os digo que no os conozco." —Mateo 25:12
Durante nuestra vida en la tierra podemos prepararnos para el infierno viviendo un "infierno en la tierra". Sencillamente vivimos un estilo de vida que sabemos sería desagradable para Jesús. Ya que presumimos que no está presente, ¿qué nos detendrá de vivir como queramos? Sin ir muy lejos, hemos corrido el riesgo de alejarnos tanto de Jesús, que aun si reconociéramos Su presencia tal vez no tendríamos la habilidad de cambiar nuestro estilo de vida. Tan largo es el trecho que hemos recorrido en el camino al infierno, un eterno futuro sin la presencia de Jesús (Catequismo, 1033, 1035), que la Buena Nueva es inaceptable para nosotros. (1 Co 1:18).
Por otro lado, podemos prepararnos para el cielo viviendo un "cielo en la tierra", es decir, una vida vivida constantemente en la presencia de Jesús. Cada aliento que tomamos, cada paso que damos, cada momento que actuamos en constante alerta y conocimiento que el Maestro está presente, actuamos diferente porque sabemos que está presente. Añoramos Su presencia más que el ciervo que añora agua fresca (Salmo 42:2). Nuestros corazones no descansan hasta que descansan en Su presencia (Catequismo, 30). Cambiamos nuestro estilo de vida y hacemos lo que sea necesario para tener más tiempo en Su presencia. Adoración Eucarística, Misa frecuente, servicio a los que sufren (Mt 25:35ff), lectura de las Escrituras, oración, alabanza (Salmo 22:3, JB), trabajando por la justicia, son maneras de permanecer en la presencia del Maestro y por ende mantener nuestras lámparas llenas del aceite del Espíritu.
Nuestra vida en la tierra y futuro eterno giran alrededor de la presencia de Jesús.
"¿Por qué te detienes?" (Hch 22:16). "Se hizo poderoso porque ordenó sus caminos delante del Señor su Dios" (2 Cr 27:6).
Oración: Maestro, prefiero sufrir de la privación y disfrutar de Tu presencia, que tener lujos sin tenerte a Ti (Salmo 84:11).
Promesa: "El consejo del Señor permanece para siempre" Salmo 33:11
Alabanza: "Cantad de júbilo en el Señor, oh justos; apropiada es para los rectos la alabanza." (Salmo 33:1).
Referencia: (Esta enseñanza fue introducida por un miembro de nuestro equipo editorial)
Rescripto: †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 22 de junio de 2012
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